El primer juego de la serie entre Tomateros y Cañeros comenzó con una entrada notablemente baja, reflejando el impacto que la preocupación por la seguridad tiene en los aficionados. A pesar de las intensas medidas implementadas por las autoridades locales para garantizar un ambiente seguro, el estadio luce menos concurrido de lo habitual.
La calidad del béisbol en el campo no decepciona, pero la falta de afición en las gradas plantea una pregunta inevitable: ¿volverán pronto los fanáticos al estadio o esta situación podría generar una distancia prolongada entre el equipo y su público?
El impacto de esta baja asistencia no solo afecta al espectáculo, sino también al equipo, que depende del apoyo de su gente. La comunidad deportiva, los jugadores y los propios aficionados se preguntan cómo esto podría influir en el desarrollo de la temporada y en el ánimo del equipo.
¿Qué opinas? ¿Crees que la afición regresará pronto o el tema de la seguridad tendrá consecuencias duraderas en la asistencia a los estadios?