A pesar de las lluvias registradas durante el 2024, la crisis hídrica en Sinaloa sigue sin aliviarse. Por segundo año consecutivo, las presas de la entidad comenzarán el ciclo agrícola con niveles preocupantemente bajos, por debajo del 50% de su capacidad. La organización ambiental Conselva advirtió que, sin medidas inmediatas de conservación y uso eficiente del agua, la situación podría empeorar drásticamente.
En un comunicado, Conselva explicó que al cierre de mayo, durante la fase más crítica de estiaje y mientras el ciclo agrícola 2023-2024 entraba en su etapa de cosecha, las 11 presas de Sinaloa apenas almacenaban 1,803 hectómetros cúbicos de agua, lo que representaba solo el 11.5% de su capacidad total.
Al 30 de septiembre, y tras el final de la temporada de lluvias, el Sistema Nacional de Información del Agua reportó que los embalses operaban al 31.8% de su capacidad de conservación, lo que coloca a la entidad en una situación aún más alarmante para los próximos años.
Escenario preocupante para la agricultura y consumo humano
Conselva subrayó que la cantidad de agua disponible actualmente no solo debe asegurar el riego de los cultivos para el ciclo agrícola 2024-2025, sino también garantizar el abasto de agua potable para la población durante los próximos dos años. Esto, en un contexto donde las proyecciones climáticas no son alentadoras: la organización destacó que el fenómeno de La Niña ya ha comenzado a manifestarse y, para el verano de 2025, se espera la llegada de El Niño, lo que complicaría aún más la posibilidad de recuperación hídrica.
Urgente adoptar medidas de uso responsable del agua
Conselva advirtió que si no se implementan estrategias de conservación y uso eficiente del agua en este ciclo agrícola, la crisis hídrica en Sinaloa podría agravarse considerablemente. La planificación agrícola, explicó, debe tener en cuenta la escasez del recurso, ya que el sector agrícola consume el 94% del agua concesionada en el estado, siendo el motor económico de la región.
«El abanico de cultivos y la superficie a sembrar deben ajustarse a la disponibilidad de agua para evitar un colapso hídrico», concluyó la organización.
Ante este panorama, las autoridades y el sector agrícola enfrentan el desafío de equilibrar la producción con la sostenibilidad hídrica, en una lucha crucial por mantener la productividad sin comprometer el futuro del agua en Sinaloa.